Hacía tiempo que la salida de un jugador no generaba tanta controversia entre los aficionados como ha sido la de Ante Tomic del Real Madrid. Sus incondicionales y detractores se dividen a partes iguales, sin que ambas partes lleguen a punto de entendimiento salvo en contadas ocasiones (no creo que sea tan difícil reconocer méritos y deméritos a partes iguales). Y es que Tomic es esa clase de jugador que genera pasiones por la gran calidad que atesora, pero a la vez exaspera a los más exigentes por sus carencias defensivas o indolencia.
Desde que se conoció la noticia no he dejado de leer opiniones en una u otra vertiente y en ambos casos puedo afirmar que bajo mi punto de vista llevan razón. Así que este post no va de dar la razón a una u otra parte, sino más bien de ver las dos caras de la moneda, que dependiendo del lado que se defienda no quiere verse la otra.
Lo que afirman sus incondicionales:
No se descubre América afirmando que Tomic está entre los tres mejores pívots ofensivamente hablando de Europa, sino es el mejor.
Su juego de espaldas al aro no tiene comparación alguna, hacía tiempo que no veíamos en el viejo continente a un jugador con ese movimiento de pies y algunos insinúan que desde Sabonis el Real Madrid no ha tenido un pívot igual.
Pablo Laso ha ninguneado su talento hasta extremos insospechados, sin tener ni una sola jugada ofensiva en su pizarra para él.
Una de las leyes del basket dice que debe jugarse de dentro-afuera y no al revés como hace Laso.
El club solo ha trabajado con él al 50%, no ayudándole a limar sus carencias.
Antes de salir hay que dejar entrar. Con lo cual se tenía que haber tenido amarrado un sustituto de garantías antes de dejarle marchar.
Mirza Begic. El esloveno es el señalado para haber salido, y su baja debería ser cubierta con un jugador que le haga el trabajo sucio a Ante, tal como hacía por ejemplo Fischer.
Se lo han querido cargar porque pertenece a una época que desde el club se quiere olvidar cuanto antes.
Lo que afirman sus detractores:
Con sus 2,17 de altura no intimida lo más mínimo, y eso en un jugador de su altura es casi imperdonable.
Le falta agresividad y casi nunca finaliza la jugada con contundencia, con lo cual en más de una ocasión le taponan sus bandejas.
Nunca ha encadenado una racha de muchos o varios partidos con actuaciones soberbias, ni siquiera cuando era la primera referencia ofensiva en la era Messina, su irregularidad ha sido la nota predominante.
Cada maestrillo tiene su librillo, y es loable que Pablo Laso prescinda de él, puesto que sus características no se amoldan al estilo de juego implantando por Laso.
El estilo Laso necesita un pívot que corra la pista, asegure el rebote e intimide, y el croata no cumple esas premisas.
Si Laso tiene en mente utilizar a Begic como quinto pívot, el esloveno puede dar menos problemas que el croata.
Rudy y Carroll necesitan un pívot que ponga bueno bloqueos, para sacar mayor producto a su rendimiento.
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