Tirarse 17 triples en un partido es una barbaridad, a pesar de que el partido en cuestión dure 50 minutos. Ese fue el caso de Sergio Llull, un jugador que siempre está en el candelero, para lo bueno y para lo malo. Aunque más bien, casi siempre para lo malo y muy de puntillas para lo bueno. Es así, sin paños calientes. Cuando el Real Madrid pierde, rara vez se deja pasar por alto el nombre de Sergio Llull como uno de los principales culpables. Vale cualquier excusa con tal de sacar su nombre a relucir, sino es por la excesividad en los tiros como en el choque de cuartos de la Copa ante el Barça, es por algún lance del encuentro por mínimo que sea, hasta llegar a los tempos del partido por aquello del eterno debate base o escolta y por consiguiente que no sabe manejar al Real Madrid.
Y decía muy de puntillas cuando el Real Madrid gana, porque siempre se busca cualquier otro protagonista de la victoria desde muchos sectores con tal de no dar su brazo a torcer con Llull, o simplemente se mira para otro lado. El claro ejemplo lo tenemos en la jornada previa a la Copa ante el Uxue Bilbao Basket, cuando los bilbaínos apretaron y se pusieron a tan solo tres puntos en el tercer cuarto, entonces apareció Llull para cortar de raíz la reacción bilbaína… Pero daba igual, luego fueron otros los ensalzados. También hay un ejemplo más gráfico y que generó muchísimo debate, el trofeo MVP de la Copa pasada. En aquella final fue Llull quien dio la confianza necesaria al equipo desde el salto inicial con sus puntos y dirección, pero la explosión final de Carroll con una actuación soberbia, sirvió para que muchos tuvieran la excusa perfecta y decir que Llull no merecía aquel galardón, cuando fue precisamente quien dio la tranquilidad necesaria para que el Madrid jugara el partido perfecto desde el minuto cero.
En el caso de las derrotas, lo bueno entre comillas, es que este año el Madrid solo ha perdido dos partidos en las competiciones domésticas y en Euroliga tampoco va más allá en derrotas, estando inmaculado su casillero en el Top16. Lo malo es que la derrota de Copa escuece y mucho, pues había en juego el primer título de la temporada, y eso entre el aficionado madridista es duro de digerir.
Está muy claro que en el partido de cuartos ante el Barça Llull no estuvo bien, pero de ahí a señalado como único responsable de la derrota dista un mundo. Y habría muchos aspectos sobre los que debatir y que no se han llegado a mencionar y si se han hecho se hizo muy de pasadas, cogiendo a Llull como cabeza de turco.
Esos aspectos fueron:
-El Madrid falló 10 tiros libres, Llull solo falló uno.
- En la primera prorroga al Madrid se le escapó el rebote que podría haberle dado la victoria.
- Dontaye Draper del que se habla o se dice que con él dirigiendo el equipo otro gallo hubiese cantado, estuvo presente durante el primer cuarto en el que el Madrid estuvo falto de ideas ofensivas.
- Pete Mickeal. A día de hoy Laso no ha encontrado la fórmula de parar alero blaugrana. Y sin dejar escapar un gran apunte, el americano estuvo con cuatro faltas personales durante 18 minutos, sin que nadie se percatara o cayera en que había que atacar por ahí para intentar sacar del choque a Mickeal.
- Nikola Mirotic. Aún no ha realizado un gran partido ante los denominados grandes, empezó en plan ‘MVP’ pero luego se diluyó como un azucarillo.
- La defensa de Oleson sobre Carroll es otro aspecto poco mencionado. ¿Solo el carretón Carroll?, cierto muy cierto, pero también es cierto que el escolta de Alaska le tiene tomada la medida a Jaycee. También añadir las dos perdidas de Carroll consecutivas y el airball que se tiró.
- El Barça sin Navarro es menos Barça, y Juan Carlos tuvo una presencia testimonial en el choque y el Madrid en conjunto no supo aprovechar tal circunstancia.
- Etc, etc, etc…
Acabo como empezaba este artículo, 17 triples son una autentica barbaridad, pero quizás no sea Llull el único culpable de tal abuso y haya otra persona que tendría que haberle cortado el ‘grifo’ y no lo hizo…
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