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La grandísima y sensacional temporada realizada por el Blusens Monbus durará por siempre en las retinas de los seguidores del equipo y su técnico, Moncho Fernández, ha querido ensalzar a cada uno de sus jugadores dándole un nombre de película a cada uno de ellos en un artículo recogido por ‘La Voz de Galicia’.

Andrés Rodríguez: “El Padrino”. Por una vez, totalmente de acuerdo con las estadísticas. El mejor pasador de la Liga Endesa. Un base con letra mayúsculas. Dirección y liderazgo sobre el parquet. En defensa, su conocimiento del juego le permite anticipar las situaciones un segundo antes de que se produzcan. Un radar.

Rafa Luz: “Braveheart”. A su ya conocida capacidad de revolucionar el ritmo de un partido ha añadido, con el paso de las jornadas, una lectura de juego envidiable así como capacidad de dirección y selección de ritmo adecuado. Defensivamente es todo ganas y esfuerzo. Y también es cuchillo cuando va hacia el aro.

Jorge Sanz: “Mensajero del futuro”.  Su evolución a lo largo de la temporada ha sido tremenda, en ambos lados de la pista. La falta de oportunidades y minutos en la cancha no le ha impedido ser un compañero y profesional ejemplar. Es un gran lector del juego de bloqueo y continuación. Sacrificado en tareas defensivas. 

Ben Dewar: “El guardaespaldas”. Tirador letal, comodín del perímetro, equilibrio y determinación en los momentos importantes. Un reloj táctico. Sacrifico, intensidad y honradez definen perfectamente su forma de entender el baloncesto. Combina su lanzamiento de larga distancia con una gran potencia en las penetraciones hacia el aro. 

Alberto Corbacho: “Arma letal”. ¿Quién dices que ha batido el récord de Sibilio? A su más que conocida capacidad para tirar ha añadido nuevos recursos ofensivos como la penetración en rizo, que lo hacen más peligroso, si cabe. Su conocimiento táctico del baloncesto le ayuda enormemente en las tareas defensivas. 

William Buford: “El hombre tranquilo”.  Pasador excelso. Es un jugador notable en todas las facetas ofensivas del baloncesto. La competencia existente en las posiciones de perímetro ha limitado sus números en la pista. Su formación universitaria en Ohio State es garantía de su capacidad y conocimiento del juego defensivo. 

Robbie Hummel: “El americano impasible”.  Tras superar su lesión y el período de adaptación, a su capacidad de lanzamiento de media y larga distancia, directamente o tras bote, ha añadido una gran ansia de rebote ofensivo. En los momentos importantes siempre aparece. En defensa ha evolucionado exponencialmente, aportando intensidad y lucha. 

Pavel Pumprla: “El club de la lucha”. Juego sin balón, contraataque, posteos, rebotes ofensivos, balones sueltos... En aquello que tiene alguna relación con la lucha, el esfuerzo y el deseo, Pavel Pumprla es el número uno. Dicho esto último, obvio hacer ningún comentario sobre uno de los mejores jugadores defensivos de la Liga. 

Levon Kendall: “El pianista”. Esta ha sido la temporada de su asentamiento definitivo en la élite. Su polivalencia le ha permitido ocupar con garantías ambas posiciones interiores, y la regularidad le ha acompañado a lo largo de todo el año. Nunca comete errores tácticos, una cualidad que le da mucho rigor al juego defensivo. 

Salah Mejri: “Lawrence de Arabia”. Ha crecido constantemente. A su capacidad para jugar por encima del aro ha añadido juego de espaldas y un más que aceptable tiro de media distancia. Defensivamente, un coloso en intimidación y rebote, y al igual que en el ataque, su mayor conocimiento del juego le ha ayudado en la recta final. 

Oriol Junyent: “Capitanes intrépidos”. Su experiencia le hace fundamental. Ofensivamente, a su juego en el poste le suma el lanzamiento de media y larga distancia y una gran capacidad de pase que hace mejores a sus compañeros. Su conocimiento del baloncesto es envidiable, lo que le lleva a no cometer errores tácticos en la pista defensiva. 

Micky Stobart: “Uno de los nuestros”. Trabajador incansable, positivismo a ultranza. Siempre quiere más, sea en el gimnasio o en la pista. El éxito del equipo gira en torno a jugadores como él: sacrificio, entrega, asunción del rol, compañerismo. Un gran profesional. Excepcional bloqueador y defensor del uno contra uno en el poste bajo. 

Iñaki Sanz: “Fast and Furious”. Su entusiasmo desde el primer momento fue contagioso. Velocidad, explosividad y esfuerzo titánico de adaptación. Su capacidad de presión a toda pista, su bravura y entrega le hacen un stopper defensivo. Demostró inteligencia táctica para interiorizar en apenas un mes todo el bagaje del equipo. 

Bernard Hopkins: “Bandera de nuestros padres”.  Clave en el buen arranque de la temporada. Para hablar de Hop hay que hacerlo de rodillas. Poco que decir de un amante del baloncesto, y de una persona tan implicada con lo que significa la palabra equipo. Un ejemplo. Podría ser reiterativo hablar de un bailarín sobre el parqué. Sumó mucho en el inicio.  

Ahora lo único que habría que preguntarle a Moncho que nombre de película elegiría para sí mismo.

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