Como si de la película Kramer contra Kramer se tratase, en 1989 el Real Madrid se enfrentó en semifinales de la Recopa de Europa a la Cibona de Zagreb. En aquel año el Madrid había conseguido sumar a sus filas a su mayor ‘ogro’, Drazen Petrovic, haciendo bueno el dicho de “si no puedes vencerle únete a él”.
En el partido de ida el marcador registró un 91-92 a favor del Madrid y con un Drazen Petrovic que firmó 38 puntos, 4 rebotes y 7 asistencias. Sin embargo, y a pesar de la victoria blanca, las espadas estaban en todo lo alto y el partido de vuelta era como si fuese una eliminatoria a partido único, en el que ninguno de los dos contendientes podía dejar nada al azar si querían estar en la final de la Recopa.
Drazen se enfrentaba a su ex equipo y de paso a su hermano Alexander, y si ya dio muestras de su grandísima competitividad y por supuesto de no entender de sentimentalismos o romanticismo en la ida, el ‘Genio de Sibenik’ volvió a mostrar su espíritu ganador e indomable endosando a ‘su’ Cibona 47 puntos, 2 rebotes y 3 asistencias, que no fueron sino el preludio de lo que ocurriría en la Final contra el Snaidero de Oscar Schmidt.
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