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En un club como el Real Madrid todo se magnifica hasta extremos insospechados tanto para bien como para mal. Este último es el caso de la sección del basket, donde sus aficionados nunca parecen están conformes o de acuerdo en todo lo que atañe al deporte de la canasta de su equipo.

Por regla general el catastrofismo o pesimismo es la nota predominante entre los parroquianos blancos, pensamiento loable y licito después de la última temporada en la que se enamoró baloncestísticamente hablando pero que solo dio como frutos una Copa del Rey en el último segundo, lo que hizo que gran parte de la masa social que rodea a la sección esperara otros fichajes más rimbombantes, sin darse cuenta que muchos equipos morirían por tener en sus filas a los Rudy, Chacho, Llull, Felipe, etc.

Quizás los nombres de Campazzo, Maciulis, Rivers y Nocioni no lleguen a encandilar tanto como otros, pero al menos se les debe dar el beneficio de la duda, y cuando tiro de esa terminología no lo hago refiriéndose a la parte de la temporada donde no se juega nada (fase de aclimatación), sino a partir del mes de febrero donde se diferencian a los niños de los hombres, ahí es donde se debería hacer un justo juicio de valor sobre los cuatro fichajes blancos.

Los nuevos jinetes blancos llegan para sustituir a jugadores muy queridos como fueron los casos de Mirotic, Draper y Darden, con mención aparte para Dani Díez, y de ahí que ese cariño más los pocos frutos cosechados durante la temporada ilusionaran a una afición hambrienta de grandes nombres para paliar su sed de títulos/satisfacciones.

Echando la vista atrás, y no hace falta hacerlo mucho, en muchas ‘pajiplantillas’ (perdón por esa expresión un tanto malsonante, pero así les gusta llamarle a los hinchas merengues cuando juegan al PC Basket para confeccionar sus plantillas soñadas) aparecía con asiduidad el nombre de Maciulis como alero deseado, y ahora resulta que una vez vestido de blanco no convence, no gusta, no termina de llenar o vete a saber.


En cuanto a los otros tres, son casos bien diferentes para no gustar o llenar del todo, cada uno tiene su particularidad. Campazzo llega con el ‘San Benito’ de Huevo Kinder o melón por calar, por aquello de venir de Argentina sin haberse probado antes en Europa. Además de tirar de su tallaje (179 cm) para ponerle aún más pegas. Rivers no encandila porque viene de la liga de desarrollo y de ser un ‘secundario’ en su etapa en el Khimki, además de ser un ‘buf’ al esperar un tres de categoría o pata negra, y ser el estadounidense un 2-3. Y a Nocioni se le mira con lupa la edad que refleja su DNI, lo que conlleva dudar de su rendimiento o mejor dicho de la gasolina que pueda quedarle en su tanque, por no hablar de su posición sobre la pista, ala-pívot, cuando durante toda su carrera jugó de alero.

Hasta ahí todo más o menos en orden para despotricar de los fichajes. Pero esas reticencias hacia los nuevos son solo superficiales y el trasfondo es más bien comparativo. El mapa de ruta es equiparar a los que se han ido con los que han llegado y hay un dicho muy popular que dice “las comparaciones son odiosas”. ¿Por qué esa obsesión comparativa? ¿Por qué dudar de si por ejemplo Campazzo no lo hará igual que Draper sin apenas haberle visto en acción, cuando Dontaye sorprendió con su rol defensivo? ¿Por qué dudar del rol=rendimiento que pueda desempeñar Rivers cuando también se desconfió de Darden cuando aterrizó en Madrid?... podría formular más preguntas de ese estilo pero creo que son más que suficientes para dejar clara mi intención antes plasmada, beneficio de la duda y luego enjuiciar con suficientes fundamentos de peso tras haberles visto en acción.


Quizás este Real Madrid con menos (por lo insatisfecha que ha dejado a la afición las incorporaciones) sea mejor y por consiguiente gane algún título más, a pesar de que hay otra comparación derrotista antes de levantar el telón del curso 2014/15, mirar de reojo al eterno rival y desear sus fichajes: los Satoransky, Doellman, Pleiss… y vuelvo a preguntar ¿Por qué no pueden chirriar esos jugadores en el Palau? ¿A ciencia cierta sabemos que darán un rendimiento óptimo? Ninguno de ellos ha toreado en grandes plazas o escenarios donde la presión es máxima y aún no han empatado con nadie al igual que los fichajes del Madrid. Ojo que Satoransky y Doellman son jugadores muy de mi gusto, en especial el checo, pero se tiende a valorar por encima de su valor a los fichajes de otros equipos y los propios a venderlos por mucho menos.

Cada uno de las cuatro incorporaciones ha venido a paliar en mayor o menor medida carencias que reflejó la plantilla de la pasada temporada. Campazzo es un base que puede hacer jugar al equipo 5x5 con bastante soltura, no así los Sergios que se sienten más cómodos en el estilo ‘run&gun’. El argentino, de aclimatarse a la perfección, podría darle el aire que le faltó al equipo en el juego estático, aspecto primordial cuando hay de por medio un título y todos conocemos a que se juega en ese tipo de partidos. Además es un jugador al que no le tiembla el pulso a la hora de tirar del carro en el plano ofensivo, aunque aquí lógicamente su rol será bien distinto en esa faceta al tener muchos ‘miuras’ a su alrededor.

Maciulis es un alero todoterreno que no destaca especialmente en nada pero que puede aportar muchísimas cosas sobre la pista: puntos, rebotes, intensidad, brega y sobretodo consistencia/solvencia en la posición de tres. Su perfil es diametralmente opuesto al de Darden, pero el lituano podría aportar parte de la dureza que le faltó al equipo en la Final Four contra Maccabi, donde el equipo por momentos de diluyó como un azucarillo.


Rivers, guardando las distancias, es un jugador similar a Charles Smith, tan querido y a la vez añorado por la afición blanca. Si a él también se le compara con Darden apaga y vámonos, no tienen nada que ver. El estadounidense es un jugador, que al igual que Maciulis, no destaca especialmente en nada (aunque venga precedido con la fama de anotador compulsivo con la que algunos medios han vendido su llegada). Este zurdo norteamericano aportará más dinamita desde el perímetro, a la vez que físico, frescura y polivalencia (puede alternar las posiciones 2-3) en una posición en la que Carroll inicialmente parte con desventaja por lo que hemos podido apreciar durante estos años. El bueno de Jaycee no puede competir de tú a tú en partidos donde sus pares son físicamente superiores o se enquistan por su dureza, y ahí el equipo echaba en falta un jugador que desde el banquillo aportará puntos.

Y por último Nocioni, siendo el que quizás ha generado más ‘juego’ por aquello de llegar al final de su carrera y no ser un cuatro al uso. Jugador de raza, corazón, entrega… no exento ni muchísimo menos de calidad y/o talento, no haría falta ni presentarle. Nocioni aportará, y me perdonarán los fans de Mirotic, la garra y determinación que por momentos pareció faltarle al Mirlo Blanco. Será complicado ver al Chapu dejarse llevar en un partido o que desaparezca durante buena parte de la temporada. ¿Su posición genera dudas? Todo equipo necesita de un cuatro que abra el campo y en Baskonia cumplió con creces con ese cometido, además de generar mucho más juego en el 1x1 que Mirotic (en especial de fuera hacia dentro)… No quiero decir ni mucho menos que se gané con este cambio de cromos, pero tampoco se pierde. Lo que no aportaba Mirotic te lo da Nocioni y a la inversa.

Como apuntaba en el título de este artículo “el todo es más que la suma de sus partes”, y este Madrid debería analizarse en su conjunto y no individualmente. Quizás este Madrid no encandile inicialmente, pero forma una plantilla más cohesionada y compacta puesto que los fichajes vienen a paliar bastantes carencias del pasado, y solo por eso a lo mejor no estaban tan necesitado de grandes nombres y si de especialistas o jugadores con menos caché que cumplan con el rol asignado… Las plantillas no pueden estar compuestas solo por estrellas.

Para finalizar una pega y gorda. La renovación apresurada y fuera de mercado de Slaughter. Su ‘madridismo’, simpatía y hacer vestuario no deberían ser razones de peso para su continuidad por mucho que cumpla a la perfección con un rol que muchos jugadores podrían desempeñar a la perfección por muchos menos euros ya que hablamos de recortes. Pero olvidando al Sr. Don Dinero, Marcus debería haber sido sustituido por un jugador de un perfil mucho más ofensivo, encontrando la única vía de agua que tiene esta plantilla ahí. Un jugador que genere puntos de forma diferente a lo que puedan hacerlo Felipe & Nocioni desde la posición de cuatro, y que además pudiera jugar en momentos puntuales de cinco.


Recuerden, a veces 'peores' jugadores hacen mejores equipos.

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