Magic Johnson, dos simples palabras que son sinónimo de fantasía, magia, espectáculo, seducción, exhibición y por supuesto Showtime. Con una sonrisa por bandera fuera y dentro de las pistas, Magic se sentía feliz y hacía felices a sus compañeros regalando asistencias, haciendo que cada uno de los miembros de su equipo se sintiese importante fuese cual fuese su rol dentro de la plantilla.
En Earvin empezaba y
moría el famoso término con el que se acuñó el preciosista juego de
transiciones rápidas de sus Lakers, cuyo lema pudo ser a buen seguro: “Dos puntos solo dan felicidad a un jugador,
pero una asistencia reparte alegría a dos, al asistente y al anotador”
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