Gustavo Ayón, ¿Quién acierta, Madrid o Barça?

Aunque de cara a la galería Madrid y Barça digan que no se fijan el uno en el otro, y que lo que les preocupa es ellos mismos, mienten. Ese discurso, tan aprendido por todos los que conforman ambos clubes, está lleno vacío y tanto uno como otro consideran a su eterno rival el espejo donde mirarse (aunque a más de uno le duela esa frase), el orgasmo en caso de que uno de los dos pierda un título o el pañuelo de consolación en caso de que ninguno se haga con una competición. Así de simple y de enrevesado a la vez.

El Real Madrid cerró su plantilla con los fichajes de Campazzo, Maciulis, Nocioni y Rivers pensando que los deberes estaban más que hechos. Sin embargo, su espejo mágico (el de las vanidades) le hizo cambiar de opinión al mirarse en él y susurrarle: “El eterno rival se ha reforzado grandiosamente y su juego interior será temible”, frase que retumbó en los oídos de Juan Carlos Sánchez, Alberto Herreros y compañía, y que en su última parte les hizo tener sudores fríos al pensar en la batería interior blaugrana: Doellman, Nachbar, Lampe y las torres gemelas Pleiss/Tomic. El Barça se había movido como pez en el agua en el mercado veraniego (“los títulos se ganan a final de temporada, pero se deciden en verano”, otra frase del espejito mágico), y ahora había que contrarrestarlo con un golpe de efecto (lleno de poca planificación deportiva y dando muestras de volantazos todo sea dicho) que no hiciera que perdieran ese status de ‘favoritismo’ que en las últimas temporadas tenían y del que pensaban que aún eran poseedores por los fichajes realizados (a pesar de haber perdido la ACB), sin darse cuenta hasta última hora que el Barça, a priori, le sacaba varios cuerpos de ventaja tras sus fichajes sobradamente conocidos.

El tiempo y el mercado (por estar casi extinto de grandes jugadores) jugaba en contra del Madrid, pero se encontró de bruces con una oportunidad a precio asequible que podía expiar sus pecados veraniegos llenos de vanidad (“tenemos una gran plantilla y solo hacen falta retoques”), penurias presupuestarias (“la sección es un Titanic de pérdidas monetarias y hay que achicar por todos sitios”) y de planificación apresurada en formas y tiempo en el caso Slaughter. Un misil a la línea de flotación blaugrana en el supuesto que el mexicano se salga del mapa u ofrezca grandes prestaciones por aquello de: “Lo teníamos atado y se lo dimos en bandeja al eterno rival, vaya cagada”, y de paso poder hacer frente sin ningún tipo de complejos a la batería interior culé.

Ahora solo quedaba un asuntillo, la deuda que el jugador tenía con el Barça (290.000 euros) y que en ningún caso el Madrid quería pagar (¿Alguien cree que el jugador lo sacó de su bolsillo?) para no verse señalado por sus seguidores: “Por la racanería del pasado ahora nos vemos abogados a pagarle al Barça”, y que una vez resuelto solo quedaba el auto felicitarse, darse palmaditas en la espalda ante el grandísimo fichaje que le han ‘birlado’ al eterno rival (firma por tres temporadas a razón de 1,8 millones de euros brutos) y entusiasmar a una afición un tanto alicaída.

GUSTAVO AYÓN - REAL MADRID. Operación completamente cerrada. La próxima semana ya estará a disposición de Pablo Laso.
— Carlos Sánchez Blas (@blasradio) septiembre 19, 2014

Esa más o menos sería la historia del caso Ayón. Pero ahora el debate está en quien de los dos ha acertado, si el Madrid fichándolo o el Barça desechando su incorporación. O quien se equivoca, si el Madrid incorporándolo o el Barça no queriéndole. Elijan ustedes el término que más les gustes de los dos expuestos para los cuales solo el tiempo, lógicamente, es quien tiene la respuesta acertada.

Sin embargo, y a pesar de que solo el devenir de la temporada dará la razón a Madrid o Barça, me gustaría lanzar unas cuantas preguntas que seguramente muchos de vosotros os habléis planteado:

• ¿Por qué el Barça desechó la opción de Ayón tan prematuramente (mayo)? A esas alturas tenía pendiente la renovación de Dorsey y en caso de fallarle, como así fue, tenía que buscar en el mercado un sustituto. Por tanto ¿Sabía algo el Barça en toda esta historia que se le esté escapando al Madrid?

• La primera pregunta me lleva a realizar otra cábala. Si el Barça hubiese sabido que el Madrid iría a por Ayón ¿Hubiese desestimado igualmente su fichaje? ¿o el mexicano estaría a estas alturas luciendo la camiseta blaugrana?

• Última y tercera en torno al Barça ¿No resulta incomprensible que se deje escapar a un jugador de corte diferente a Tomic para fichar a Pleiss al que muchos califican como cromo repetido? A no ser, insisto, que Creus sepa algo que el agente del jugador y el propio Ayón hayan escondido al Madrid (planteamiento el mío, que parece de una peli de espionaje).

• Sobre el Madrid también algunas preguntas revolotean mi pensamiento ¿Se han cerciorado que la lesión de hombro está totalmente olvidada? Y es ese el quid de la cuestión para el Barça. En el Mundial dio muestras de estar al 100% pero era un torneo corto.

• ¿Se ha dejado llevar el club blanco por los ‘miedos’ sin mirar que realmente necesita un cuatro moderno? Ayón puede jugar de 4 (en el ‘Fuenla’ jugaba ahí) pero no es un jugador que abra el campo desde la línea de tres. Y con esto no discuto ni mucho menos la calidad del mexicano porque Nocioni ejercerá de cuatro-tirador, y a priori la oportunidad era inmejorable y no se podía dejar escapar.

• Con los recortes que año tras año sufre la sección, ¿Se ha ido por convencimiento a por Ayón o más bien se ha hecho por ser la opción más barata que a la vez es muy buena presumiblemente? Lo comento porque si el mexicano hubiese costado por ejemplo un millón de euros o algo menos, ¿También se hubiese consumado su fichaje? ¿El miedo hubiese podido más que el dinero?

A lo mejor algunas de estas preguntas tienen la respuesta sobre quien acertará en el caso Ayón, o a la mejor no, que será lo más seguro. Pero mientras el tiempo no nos dé la respuesta el debate entre culés y madridistas está servido, con los aficionados blancos frotándose las manos sobre el roto que el mexicano podría hacerle al Barça cuando juegue contra ellos con el plus añadido de haberles ‘robado’ a un gran jugador, y los aficionados blaugranas jactándose que uno de sus descartes es fichado por el Madrid y esperando partirse de risa en caso de que Gustavo fracase en el eterno rival.