El primero de los
clásicos que viviremos esta temporada se lo ha llevado el Real Madrid de una
forma insultante y exuberante, pintándole la cara a un Barça que venía muy
crecido y con la vitola de claro favorito por las tendencias que ambos equipos
arrastraban (psicológicamente hablando) desde la pasada final de la ACB y por
los elogiadísimos fichajes de los blaugranas.
Pero en el basket, como
en la vida, no siempre dos más dos son cuatro y los blancos le han dado un ¡zas!
en toda la boca a todos esos grandes agoreros que habían enterrado ya a los de
Laso y al propio cuadro culé, que se vio superado desde el primer cuarto quizás
por la confianza de verse campeón de antemano… Por momentos este choque me
recordó al España vs Francia del pasado Mundial, donde lógicamente los de
Pascual fueron España y el Madrid era Francia.
Ayón demostró el porqué de su fichaje |
Se decía que el Barça
llegaba más rodado (cierto) y el Madrid muy justo (cierto también), pero
durante todo el partido no dio esa sensación, más bien esas afirmaciones se
dieron a la inversa. Los de Laso parecieron llevar entrenando todo el verano y
los de Pascual dos días. Los Ayón (soberbia su defensa sobre Tomic anulando el
pick and roll con Huertas que tanto daño hizo en el pasado), Rivers (de menos a
más, para firmar 11 puntos en el último cuarto), Campazzo (correcto en su rol
de tercer), Nocioni (aportando intensidad y pudiéndole un poco el querer
agradar) y Maciulis (el más gris de todos los fichajes blancos) mostraron estar
más acoplados al estilo Laso que los Satoransky (hoy aprendió que no es lo
mismo jugar en Sevilla que en Barcelona), Doellman (desaparecido en combate),
Pleiss (muy perdido y confundido) al estilo Pascual, con la puntualización de
Thomas, que mostró muy buenas maneras.
Laso sorprendió con su
quinteto inicial al introducir como novedades a Mejri, Ayón y Carroll, que
acompañaron a Rudy y Llull. Laso buscaba sin duda la potencia interior de Ayón
y Mejri para contrarrestar la finura de Doellman y Tomic, aunque el croata en
los compases iniciales se movió como pez en agua anotando 10 de los 14 puntos
de su equipo.
Pero quien se erigió en
el MVP del partido fue Llull, que llevó en volandas a los suyos en el
primer cuarto
al anotar 15 de los 29 equipos del Madrid. Los blancos habían puesto una renta
considerable en el marcador (29-14), pero no insalvable para un equipo como el
Barça.
Llull ganó claramente la partida a la dupla Satoransky & Huertas |
Las claves habían
estado, no en el ataque excelso del Madrid, que lo es, sino en su extraordinaria defensa tantas veces obviada por su magnífico juego ofensivo, y
que partió de la intensidad, presión y mucho movimiento para cerrar y recuperar
la líneas de pase de los exteriores culés. Además el 4/7 en tiros de tres de
los blancos y el 0/7 desde la misma distancia de los blaugranas también hacían
que la renta llegara hasta el +14 para los de Laso.
En 22 minutos de juego
los hombres altos de Pascual habían anotado 16 de los 21 puntos de su equipo,
con Tomic como comandante en jefe, y dejando entrever que este Barça a día de
hoy sigue adoleciendo de pegada perimetral, que fue paliada en parte por Thomas
al que nadie esperaba y que son 7 puntos (incluidos dos triples) hizo que el
barco azulgrana no zozobrará en demasía.
Doellman vs Nocioni. Al final de temporada veremos a que club le salió mejor su apuesta en la posición de cuatro |
Pero en está ocasión, y
ante el acoso de su rival, Laso optó por abrir el campo con Nocioni para dejar
toda la pintura a Bourousis y este lo aprovechó para apuñalar una y otra vez a
los pívots culés hasta anotar nueve puntos (acabó con 17 ptos). Y por si fuera poco el relevo del
griego, Gustavo Ayón, empezó a tomarle la medida a Tomic en defensa y buscarle
las cosquillas en ataque con cuatro puntos consecutivos. El Madrid había
aprendido de sus errores del pasado, como quedó demostrado al saber leer y
defender mucho mejor el pick and roll central del Barça entre Huertas y Tomic,
y en ello tuvo mucho que ver Ayón.
Rudy estuvo omnipresente con 15 ptos, 4 rebs, 3 asist, 3 robos y 23 de valoración |
Al descanso, Llull (17 ptos) había
anotado un punto menos que todos los exteriores de Pascual (18), y la
valoración del menorquín también era mejor que todos los perimetrales
blaugranas (20 vs 12)… Poco más que añadir sobre el juego exterior del Barça
que firmó un 3/10 en triples por un 6/11 el Madrid.
El Madrid estaba muy
claro que salió con sangre en los ojos, esa misma que le faltó en los momentos
claves el pasado curso, y en el segundo tiempo su monologo continúo sobre la
pista del Buesa Arena en el que el Barça iba a remolque en todo momento. Los de
Pascual a lo más que llegaban era al intercambio de canastas, que en nada les
favorecía, hasta que en el último acto se desfondaron y entregaron la cuchara
definitivamente ante el ímpetu, las ganas, coraje, determinación, corazón y la
clase ofensiva que este Madrid atesora y de la que este Barça no tiene nada que
envidiar a pesar de no vérsele en este choque.
El Madrid superó la
centena de valoración (115 vs 78) y traspasó de un plumazo sus dudas al eterno
rival, siendo Laso es el gran triunfador de esta Supercopa al salir fuertemente
reforzado, al menos hasta la Copa, tras todo lo que se escribió sobre él y su
futuro… Y como decía ayer, es solo un partido y no saquemos conclusiones
precipitadas en uno u otro sentido, esto no ha hecho más que empezar.
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