En 1984 aterrizó en la NBA un rookie
apodado ‘Air’ que pronto empezaría asombrar a rivales, compañeros y aficionados
por su capacidad atlética y movimientos felinos que fueron una bocanada de aire
fresco y a la vez una tortura para sus defensores, poco acostumbrados a lidiar
con tal talento.
Con tan solo ocho partidos en la NBA a un
imberbe Michael Jordan no le resultó nada difícil superar los 40 puntos en su
noveno partido como profesional. ‘Air’ había aterrizado en la mejor liga de
mundo para dejar su impronta desde el primer segundo, y el 13 de noviembre de
1984 con los Spurs como contrincantes ofreció su primera gran actuación.
Michael tiró de todo su repertorio para
anotar 45 puntos (18/27 TC), capturar 10 rebotes y repartir 4 asistencias en la
victoria de Chicago sobre San Antonio por 120-117.
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