Hablar de Dennis Rodman no es precisamente hacerlo sobre un jugador normal y corriente, más bien hablamos de un ‘personaje’ que para bien o para mal no dejaba a nadie indiferente con sus actuaciones y/o excentricidades sobre un parquet o fuera de él.
‘The Worm’, fue el
maestro del otro baloncesto, de aquel en el que las artimañas y astucias
formaban parte de su guión para desestabilizar al rival, y en el que por
supuesto no faltaban su extraordinaria defensa y sus rebotes en muchas
ocasiones inverosímiles.
El otro apartado del juego, el ofensivo, no
entraba dentro de su abecedario baloncestístico, dejando el brillo a otros
artistas como Isiah Thomas, Joe Dumars, Michael Jordan y Scottie Pippen. Y es por
ello que en muchas ocasiones nos sorprendió con sus anotaciones, no excesivas,
pero sin sorprendentes y determinantes en más de una ocasión.
El 2 de enero de 1998
asombró a sus propios compañeros de los Bulls, el que más Scottie Pippen que
estaba vestido de calle en el banquillo de Chicago al estar lesionado, al anotar
tres triples de manera consecutiva (aunque el último fue dado de dos puntos por
los árbitros) en la victoria de los Bulls sobre los Bucks por 100-114, en la que destacó por supuesto Michael Jordan con 44 puntos, Luc
Longley que rozó el triple doble (24 puntos, 9 rebotes y 8 asistencias) y Toni
Kukoc (16 puntos, 8 rebotes y 6 asistencias).
El Gusano finalizó el
encuentro con 8 puntos y ¡21 rebotes!
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