Hubo tiempo en el que
dominio de los pívots en la NBA era casi absoluto, como consecuencia de su grandísima
calidad todo sea dicho, y por tanto las franquicias ‘mataban’ con tal de
hacerse con los servicios de un cinco cuyo talento fuese desbordante.
Hablo de una época
donde coincidieron Olajuwon, Robinson, Ewing y O´Neal pívots de la vieja
escuela y que hoy en día no se estilan desgraciadamente para nuestras retinas.
Aquellos pívots eran canela fina y hoy en día darían auténticos recitales ante
los pívots a los que se les rinde pleitesía inmerecida en muchos casos.
Uno de esos clinics baloncestístico
dentro de la pintura lo dio el Sr. Hakeem Olajuwon el 13 de enero de 1995 ante
precisamente otro de los cinco dominantes de aquella época, David Robinson.
Aquel día ‘The Dream’ (El Sueño) fue más bien fue ‘The Nightmare’ (La
pesadilla) del Almirante, al que destrozó literalmente con sus movimientos
felinos y de seda al poste. El ‘Bailarín del Cotton Club’ finalizó con 47
puntos (21/35 TC), 10 rebotes, 4 asistencias, 1 robo y 3 tapones en la victoria
sobre la bocina de Houston ante San Antonio por 103-100 con un triple de Vernon
Maxwell.
Esa misma temporada los
Rockets se proclamarían campeones de la NBA por segunda vez consecutiva partiendo
con el undécimo mejor registro de la liga (47 victorias por 35 derrotas) por
detrás de equipos como San Antonio (mejor balance de aquella temporada con
62-20), Utah Jazz (60-22), Phoenix Suns (59-23) u Orlando Magic (57-25) por
poner algunos ejemplos, y por tanto con desventaja campo en todas las
eliminatorias.
En su camino hacia el
título, Houston eliminó a los Jazz (3-2), Suns (4-3) y Spurs (4-3) en el Oeste,
y a Orlando Magic le endosó un severo correctivo en la Final al vencerle
por 4-0.
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