El talento de Drazen
Petrovic le llevó a una precocidad casi inusual. Con apenas 15 años ya formaba
parte de la primera plantilla de Sibenka, y a los 17 años ya era titular
indiscutible y un ídolo de masas de aquella entrañable Sibenik.
Con esa titularidad
incuestionable y minoría de edad bajo el brazo, Drazen jugó su primera final
europea en 1982 ante el Limoges. La legendaria Copa Korac estaba en juego que
se disputó en la ciudad italiana de Padua.
Sibenka y Drazen
tuvieron en la mano ganar su primera final europea. A falta de 13 minutos
Petrovic y compañía comandaban el marcador por 12 puntos. Pero tras el 80-83,
un parcial de 1-10 condujo al marcador final de 90-84, a pesar de los 19 puntos
de Petrovic. Eddie Murphy, estrella del Limoges, lideró al equipo francés a la
victoria con sus 35 puntos.
Al año siguiente ambos
equipos volvieron a enfrentarse en la final de la misma competición con idéntico
resultado, victoria del Limoges por 94-86. En esa ocasión Murphy volvió a jugar
de manera extraordinaria con 34 puntos y Drazen firmó una actuación discreta
con 12 puntos.
Tres días antes de la
final un inoportuno orzuelo le limitó la visión y no pudo recuperarse a tiempo
para estar al 100%. Sus porcentajes de tiro no fueron buenos y falló el tiro
decisivo que podría haber puesto a Sibenka por delante por primera vez en el
partido a falta de cinco minutos y con Murphy eliminado con 5 faltas.
Su figura nunca podrá
caer en olvido con joyas como estas. Su primera final europea con el número
cuatro a la espalda, que nos muestran un Drazen que defiende con la mirada y con
potencial ofensivo tremendo que aún no está pulido al 100%...
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