No salgo de mi asombro,
perdonen mi inocencia, cuando no contenta con la sanción que días atrás impuso la
FIBA a varias selecciones, incluida España, excluyéndolas del Eurobasket 2017,
aprieta aún más tuercas con el castigo impuesto y se saca de la manga la
exclusión de nuestra selección de los próximos Juegos Olímpicos de Rio de
Janeiro, ahí es nada.
La sanción aún no es
firme, es un gran toque de atención, para que la Federación Española y la ACB
aprieten bien el culo y acepten entrar por el tubo de lo que quiere la FIBA. El
organismo internacional lleva tiempo con una pataleta de niño caprichoso y su
solución para calmarse es cargarse a diestro y siniestro desde los despachos. “Como no haces lo que te impongo, te castigo
sin más y así aceptaras mi condiciones”, al más puro estilo capo mafioso. “Te quito desde los despachos, lo que te has
ganado de manera excelsa sobre la pista”.
Digamos que estamos
viviendo una situación algo parecida a la que ocurre cada verano en nuestra ACB
con los ascensos y descensos. Imponer desde los despachos el futuro de un
equipo, sin importar lo más mínimo los derechos que se han ganado sobre el
parquet con tesón, esfuerzo y sudor. Pero hoy no toca hablar de nuestra ACB,
sino más bien.
Para ponernos en
situación, hay que retroceder unos meses en el tiempo y vemos que todo comienza
cuando la FIBA quiere recuperar el control de las competiciones continentales
de clubes y comienza una serie de reuniones/negociaciones con las principales
ligas europeas y con la Euroleague.
Después de muchos tiros
y afloja, y cuando la Euroleague parecía que iba a perder el control de sus
competiciones, Jordi Bertomeu consigue mantener a flote ‘su’ Euroliga ofertando
a los clubes un modelo de competición prácticamente similar al ofertado por la
FIBA. Un ‘copy/paste’ en toda regla
que como es lógico no sentó nada bien a la Federación Internacional de
Baloncesto.
El rebote y pataleta no
se hizo de esperar y la FIBA amenaza a las Federaciones que escojan a la
Euroliga en lugar de su Champions Cup con duras sanciones. Y estas no podían
ser que otras que excluir a las selecciones de sus competiciones. No tiene otro
tipo de medida de presión que esa.
Aunque lo verdaderamente
sonrojante, indignante y denigrante de todo este embrollo no viene dado porque
los clubes más importantes de cada liga escojan jugar la Euroleague, sino
porque los terceros/cuartos o quintos equipos de esas ligas más importantes
prefieran jugar la Eurocup en lugar de la competición ofertada por la FIBA…
¡¡¡Viva la democracia!!!
Qué bonita queda
escrita o dicha esa palabra, democracia, cuando desgraciadamente en la época
que estamos no existe en nuestra sociedad. Vivimos en una situación ficticia en
la que creemos vivir con total liberalismo, pero nada más lejos de la realidad
tal como ha demostrado la FIBA. Te presento mi oferta y paralelamente otro
organismo presenta la suya, y como finalmente no escoges la mía te cojo por las
partes nobles y te las aprieto donde más puede dolerte, la selección nacional.
No se le puede llamar
por tanto sanción, más bien boicot, puesto que la palabra sanción tiene varios
significados y no pueden adherirse ninguno a nuestra selección:
- “Pena que la ley establece para
aquel que la infringe” ¿Qué ley infringe España? Que
vengan y nos lo expliquen los señores de la FIBA.
- “Castigo que se da al que no cumple
una norma establecida o tiene un comportamiento incorrecto” ¿Qué
norma ha incumplido España? ¿Ha tenido nuestra selección algún comportamiento
incorrecto? ¡Para mear y no echar gota!
Lo que la FIBA ha hecho
es un acto ruin, mezquino, vergonzante y lleno de puro rencor, que va
encaminado a acojonar a las Federaciones sancionadas para que obliguen, por lo
civil o lo criminal si es necesario, a sus clubes para que jueguen la
competición de la FIBA y así la Federación Internacional se salga con la suya. Y
lo que no se da cuenta precisamente la FIBA es que ha tirado piedras contra su
propio tejano.
¿Qué audiencia tendría
una competición de selecciones sin España, Serbia, Rusia, Lituania, Turquía y
muchas otras potentes? ¿Qué ganaría la FIBA sin la participación de todas ellas
si ya de por si sus torneos andan algo languidecidos sin la participación de
muchos jugadores europeos NBA? A quien se le encendió la bombilla en su día con
esas sanciones está completamente loco y entiende muy poco, yendo más allá del
aspecto deportivo, del negocio que rodea este tipo de eventos… ¡Sería cojonudo
una semifinal del Eurobasket entre Bélgica y Estonia, y la otra del mismo
caché!
La ineptitud de los
dirigentes de la FIBA ha quedado claramente demostrada y el ridículo roza el
infinito y más allá. El baloncesto a nivel europeo lleva unos años dando tumbos
y solo faltaba el golpe perfecto, como ha sido este, para mandar directamente
el basket continental a la lona con este deshonroso KO. Cada día que pasa el
baloncesto a este lado del charco se desangra lentamente, lo que lleva
inexorablemente a la muerte sin que ningún dirigente ponga cordura ante tanto
despropósito y locura.
Señores de la FIBA
cambien su eslogan “We Are Basketball”, ¡ustedes no son Baloncesto!
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