El pasado martes el
Real Madrid sufrió “crónica de una muerte
anunciada” en la Euroliga. Se venía venir, y quien no lo quisiera ver así
es su problema. Se tiraba de la épica, del espíritu competitivo de la
plantilla, de saber engrasar la maquinaría en el día y la hora señalada, del
crédito ganado el pasado año… pero la realidad era bien distinta. Este Real
Madrid no ha estado en ningún momento a la altura de las circunstancias en la
máxima competición europea, a la altura de lo que se le exige y se espera de un
campeón, y no creo levantar ampollas por ello. Todos, incluido este escribe,
albergábamos en nuestro corazón un último milagro (porque así había que
llamarlo) ante el Fenerbahçe de Obradovic, pero era una quimera como así quedó
demostrado.
Solo un dato, el
conjunto dirigido por Laso se despidió de la Euroliga con seis derrotas en los últimos siete partidos y una media de 32 triples
lanzados y 31 de dos… Estadística de equipo pequeño, se molestarán algunos
con esa afirmación, pero es así. Cualquier equipo que se precie tiene que jugar
con equilibrio y esas estadísticas nos descubren precisamente las ‘vergüenzas’
del equipo este curso. Siempre se vivió y murió con Laso desde el exterior
(¡bendita apuesta por ser una bocanada de aire fresco ante tanto basket
control!), pero esta temporada ha sido más descarada que nunca esa apuesta, al
menos en la máxima competición continental.
El Madrid ha ido
aprobando la asignatura de la Euroliga por los pelos, en el último día y a
última hora, como cualquier estudiante que se prepara un examen el día antes y
esa no es precisamente la senda correcta que debe seguir un alumno. Hay que
trabajar día a día, y no dejarlo todo para última hora, si bien es cierto que a
este Madrid se le puede achacar varios hándicaps esta temporada: lesiones,
cansancio, fichajes infructuosos, falta de equilibrio táctico (aunque así se
consiguió todos los títulos el pasado ejercicio), caer en el grupo de la muerte…
y el peor de la males, y que quizás no se haya mencionado casi en ningún sitio:
relajación, lo que conlleva a bajar un punto o dos de motivación a la hora de
afrontar la temporada, merced a la borrachera de títulos conquistados la pasada
temporada. No digo con ello que los jugadores y cuerpo técnico no estuvieran
motivados esta temporada, pero el subconsciente juega malas pasadas y los retos
se afrontan de otra manera cuando llegas a la cúspide.
Dicho todo esto, toca
hablar de las ‘pajiplantillas’, suena un poco borde u obsceno, pero así lo
llaman la mayoría de los aficionados del Madrid. Y es que no salgo de mi
asombro, perdónenme por ser tan bobo puesto que todos los años ocurre lo mismo,
cuando el mismo miércoles tras escasas horas de la eliminación europea (¡y la
que nos queda como se está demostrando!) ya empezaron diferentes medios a sacar
nombres de fichajes, a divagar sobre el futuro de Laso y cualquier otra paja
mental que se les pudiera ocurrir sobre el futuro del Real Madrid para sacar
tajada. Y con ello me refiero al tema de visitas o clics fácil, porque servirse de la marca Real Madrid es sinónimo de 'éxito', prácticamente se vende solo
y aunque la noticia de un posible fichaje nos parezca inverosímil casi todos
cliquean para ojearla y/o la comparten en las redes sociales.
Me pregunto con todo
ello, ¿se hubiesen sacado a la palestra esos posibles fichajes y artículos si
el Madrid llega a la Final Four? Porque supongo que la planificación debería
ser más o menos la misma y me explico. Que Ndour, Taylor, Thompkins e incluso
Willy por aquello de los cantos de sirena de los Knicks van a salir lo sabe
hasta el Tato. Que a esta plantilla le hace falta centímetros y kilos en la
pintura lo sabe hasta mi vecino futbolero. Que esta plantilla tiene demasiados
cuatros lo sabe hasta el quiosquero de mi barrio… ¿Entonces a cuento de qué nos
venden la ‘bacalá’ la nueva planificación precisamente ahora? ¿A cuento de que
nos vienen a contar que las altas serán fulanito o zutanito? Mire usted, la
temporada no acabó aún y aún a sabiendas que los equipos ya están planificando
la próxima temporada, no me parece correcto ni ético que me vendan la moto con
dimes y diretes cuando aún queda un título importante en juego, la ACB.
Echo en falta artículos
valientes, si, valientes, en el que se hagan críticas constructivas y se
analicen en profundidad los problemas del equipo en la Euroliga. Echo en falta
precisamente eso, artículos atrevidos donde no se pongan paños calientes al
devenir del equipo en la Euroliga, donde se diga por ejemplo que al equipo le
ha faltado variedad táctica, que se ha dejado todo para el último día pensando
que había que racionalizar los esfuerzos… Echo en falta artículos donde se
analicen estadísticas como las que aportaba al principio de este artículo. Echo
en falta artículos que diseccionen en profundidad el bajón del equipo
defensivamente… Pero eso es mucho pedir en un país de muchas panderetas donde
solo se dan mamporros si el barco está prácticamente hundido (como ocurrió hace
un par de años) cuando Laso estaba sentenciado y la prensa afín aunó esfuerzos
para pelotear al club. En esos momentos si hubo críticas, algunas consecuentes
y razonadas, pero otras muchas eran simplemente para seguir teniendo el favor
de las altas esferas de la sección, como ocurre precisamente ahora. Es más
fácil hablar de fichajes, bajas y demás porque eso simplemente se la sudan a
los que mueven el cotarro en el club, que hacer un artículo crítico y
meticuloso del devenir del equipo en la Euroliga. Porque sencillamente ese tipo
de artículos pueden acarrear perder ciertos ‘privilegios’ como pueden ser
filtraciones, entrevistas, entradas vip y demás.
Señoras y señores,
estamos en un país donde el libro de Belén Esteban se ha convertido en el más
vendido del año, con lo cual queda todo dicho. La prensa deportiva, y el
baloncesto en el caso que nos atañe, es solo un mero reflejo de un país donde
la salsa rosa mola más que cualquier otra cosa. Así nos va y os irá mientras no
demos la espalda al clic fácil y hagamos que las plumas pocos pensantes se
replanteen sus artículos y nos oferten calidad, profesionalidad y riqueza.
Siempre ha ocurrido tanto en futbol, como ahora en basket, que tras un varapalo o una dura derrota, en días sucesivos se hablan de fichajes, bien sea para que no escueza tanto la derrota, como para dar sensaciones positivas de cara al futuro a los aficionados, el 95% son ficticias, alguna acertaran como es obvio...
ResponderEliminarP.D yo no me desharía de Jeff Taylor y de la única duda que se puede hablar a día de hoy es de Ayón, al que me dolería ver que no renueva este verano...
Muchas veces se filtran esas noticias desde el mismo club para desviar la atención y así la gente no habla de los varapalos.
EliminarAyón parece complicarse su continuidad, pide mucha pasta y además está el tema de su hijo que vive en EEUU