Hacía poco más de un año (concretamente un año y 63 días) de que el imperio japonés firmó el protocolo de rendición ante los Estados Unidos en el acorazado USS Missouri. Con esa firma (realizada por Ministro de Relaciones exteriores en nombre del Emperador Hiroito) se acabó de manera oficial la Segunda Guerra Mundial. Estados Unidos había quedado ante los ojos del mundo como la gran triunfadora y la salvadora de una Europa que no anduvo demasiado lejos de caer ante Adolf Hitler.
Y aunque no lo parezca, esto tiene que ver con el nacimiento de la NBA. Tras ese acontecimiento, la sociedad mundial, y en concreto la americana, debía volver a la vida normal. Ahí es donde entra el baloncesto en escena. La economía debía redirigirse y hubo unos señores que pensaron en el baloncesto. El 6 de junio de 1946 hubo una reunión en el hotel Commodore de Nueva York del que acabó saliendo un proyecto que fue el germen de lo que es hoy el deporte de la canasta en los Estados Unidos. Un total de 11 franquicias competirían en la llamada Basketball Association of América (BAA), a saber: Boston Celtics, Philadelphia Warriors, Providence Steamrollers, Washington Capitols, New York Knickerbockers y Toronto Huskies en el Este, y Pittsburgh Ironmen, Chicago Stags, Detroir Falcons, St Louis Bombers y Cleveland Revels en el Oeste. Esta BAA se convertiría en 1949, tras fusionarse con la National Basketball League, en la NBA.
Había ya un nombre para la liga y unos equipos. Era, por tanto, el momento de empezar la temporada. Que nadie se piense que en aquella época la NBA (vamos a llamarla NBA aunque aún no lo fuera como tal) es lo que es hoy en día. Ni en cuanto a normas ni en cuanto a marketing. Por lo general se acordó jugar de acuerdo a las reglas de las ligas universitarias. Con dos excepciones: Se jugarían los partidos a cuatro cuartos de 12 minutos en vez de dos de 20 como en el college y se prohibiría la defensa zonal. Otra peculiaridad en cuanto a las normas es el tiempo de posesión. No había límite y, por lo tanto, cada jugada duraba lo que el atacante estimara oportuno (en 1954 se estableció la norma de los 24 segundos de posesión).
En cuanto al Marketing y el glamour que rodean hoy en día a la liga entonces eran impensables. Como muestra un botón, los precios de las entradas en el primer año de existencia de la liga oscilaban entre los 75 centavos y los 2.50 dólares. Si bien es cierto que el valor de la moneda era menor entonces, aún queda muy lejos de las barbaridades que se pueden llegar a pagar hoy en día por asistir a algún partido de NBA. Otra muestra es la anécdota que aconteció en la frontera canadiense en la visita de los Knicks para el partido protagonista de este post. El guardia de turno no conocía a los New York Knickerbockers. Él conocía a los Rangers (el equipo de hockey), pero desconocía la existencia de un equipo de baloncesto en Nueva York. Al final los Knicks pudieron pasar, pero ¿se les ocurre pensar que eso pasaría hoy en día con Carmelo Anthony y Porzingis o Pat Ewing y John Starks de los años 90?
Dicho esto, sí, el primer partido de la historia de la NBA (así lo reconoce la propia NBA, aunque la nomenclatura fuera distinta) lo disputaron los Toronto Huskies y los New York Knickerbockers el día 1de noviembre de 1946. Más de 7.000 personas se congregaron en el Maple Leaf Gardens de la ciudad canadiense para ver el partido. La cifra es para tenerla en cuenta, ya que la sociedad canadiense siempre ha sido más de hockey sobre hielo que de baloncesto. Y en aquel entonces esa distancia era incluso más acentuada por la simple razón de que el hockey llevaba ya 40 años como deporte profesional.
El partido acabó con victoria visitante por 66-68 (29-37 al descanso) y contó con Ed Sadowsky, de los Huskies, como máximo anotador del partido con 18 puntos. No se imaginen un partido ni similar a lo que se puede ver hoy en día. Acciones tan cotidianas como los mates entonces eran inimaginables. Y algo no ya cotidiano, sino esencial, como es un tiro en suspensión, en aquellos orígenes también era algo que no se realizaba. Incluso en lo meramente numérico, el marcador es ridículo para lo que se ve hoy en día y hoy es casi imposible que el máximo anotador de un partido NBA se quede en tan solo 18 puntos.
Pero fuera como fuese, es cierto que este fue el primer partido de la historia de la NBA y así quedó registrado en todos los libros de historia. Luego el baloncesto fue evolucionando hasta lo que es hoy en día a lo largo de las décadas. Pero como todo en esta vida, la NBA tuvo un inicio y siempre está bien saber cuál es el germen de todo.
Historia pura... añadir que en 1994 tuve la oportunidad de pisar el Maple Leaf Garden (y encima estuve alojado en un hotel de la misma calle), solo que en aquella época no tenía ni idea de la historia que encerraba más allá del hockey sobre hielo... años más tarde me enteré y flipé en colores.
ResponderEliminarSaludos.
Entonces ¡eres un privilegiado!
EliminarComo para no flipar!!!