Ya lo dijo en su día el
propio Charly Sainz de Aja, entrenador de aquellos Juniors de Oro que ganaron
el mundial de su categoría en 1999: “Sin
lesiones y sin Pau hubiera sido el mejor jugador de la historia de España”,
poco más que añadir al respecto. Y como pocas veces se rindió tal pleitesía
a un jugador en un país poco dado a tales honores y gloria, en el día de ayer
el Bilbao Arena se engalanó para homenajear a un jugador diferente, a un
jugador especial, a un mago y un ilusionista que durante su dilatada carrera
nos ha brindado su talento, su clase y su técnica depurada desde una mente
privilegiada a la que desafortunadamente su cuerpo, o más bien sus rodillas, no
le dejaron desplegar todo su repertorio.
El Bilbao Arena vistió
su mejor traje con el número 31 de su dorsal y la Ü con diéresis, en homenaje a
su nombre en catalán que hacían atisbar que el partido de ayer era muy especial
y emotivo, al tenerle que decirle adiós a uno de los grandes iconos de nuestro
baloncesto y gran estrella de la generación de los 80.
Como era lógico y
normal, a Raül le invadió le emoción y las lagrimas afloraron más de una vez
durante todos los actos en su honor: “Me
he sentido muy querido, como en ningún lado. Lo que ha pasado no estaba en el
guión, pero ver todo esto… es un día muy grande. Había pensado muchas veces que
podría decir si llegaba ese momento y siempre pensaba que iba a decir ‘no me
retiro’. Pero tener la oportunidad de vivir esto… Es muy importante saber
retirarse a tiempo y ha llegado el momento”, declaró a pie de pista con
micro en mano.
No quiso dejar escapar
la ocasión para firmar la Ü pintada en el parquet, y dio la vuelta de honor a
la pista saludando a los aficionados y se retiró a los vestuarios por el
pasillo de honor que le hicieron sus compañeros.
Después de echar el
telón al homenaje, Sito Alonso tuvo palabras de elogio para la afición bilbaína
por su comportamiento a pesar de la derrota in extremis tras triple de Sastre: "Somos unos afortunados de pertenecer al Bilbao Basket. Es difícil
ver estas cosas en un pabellón después de una decepción tan grande. Que la
gente se quede, con esa vitalidad y ese optimismo. Saber que por encima de todo
está la persona es una lección. Lo que me ha sorprendido es que no ganar no
haya deteriorado ni un minuto la fiesta"
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Devolviendo las primeras muestras de cariño nada más saltar a la pista |
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Nadie quería quedarse sin un autógrafo de Raül |
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Tocaba calentar antes del último 'baile' |
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Con sus compañeros en plan distendido durante la rueda de calentamiento |
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Las muestras de cariño fueron multitudinarias |
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No podría estar más de acuerdo... ¡Auténtica leyenda! |
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Las cheerleaders también aportaron su granito de arena |
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Uno de los muchos actos que se celebraron en su honor.
El Aurresku de honor, danza vasca que se baila a modo de reverencia. |
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Dirigiendo a su equipo por última vez |
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Euforia tras anotar una canasta |
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El banquillo lo celebró por todo lo alto |
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Procesando la asistencia |
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Siempre con la vista puesta en sus compañeros para asistirles |
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Otro momento de euforia |
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No pudo despedirse con victoria. De ahí la frustración |
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Otra momento conmemorativo |
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Posando con niños y niñas que portaron las diferentes camisetas que vistió |
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Homenaje de la Peña Arantxapel |
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Emocionado devolvió los aplausos y las muestras de cariño a su afición |
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Visionando el vídeo homenaje en su honor de compañeros como:
Los Gasols, Navarro, Felipe Reyes, Ricky, Llull, Garbajosa,
Cabezas, Germán Gabriel, Berni Rodríguez,
Grimau, Bertans, Hervelle y Mumbrú |
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Como era de esperar, dedicó unas palabras |
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Sus compañeros le hicieron el pasillo |
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Fundido en un abrazo efusivo con su compañero y amigo Mumbrú (leer carta) |
Imágenes sacadas de Marca, El Desmarque, ACB y Bilbao Basket
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