En el Real Madrid
mandan los títulos, no hay otra. El Real Madrid es la máxima exigencia y esta
pasa por ser campeón en todas o casi todas las competiciones en las que
compite, y ceder el cetro nacional en la peor temporada de la historia del
Barcelona es simplemente un fracaso, así de simple, así de sencillo. Y con ello
no quiero restarle ni un ápice de mérito a un Valencia Basket que lleva varias
temporadas haciendo las cosas bastante bien desde los despachos (donde se
empiezan a ganar los títulos) y sobre el parquet con Pedro Martínez a la
cabeza.
Pero volviendo al
Madrid, me quedo con unas declaraciones de Lolo Sáinz de hace unos días: “Ser
subcampeón no es una carta credencial para el Real Madrid”. Una frase
que resume con contundencia y clarividencia la filosofía del Real Madrid, y por
tanto, es la que debería retumbar en los oídos de Herreros y Juan Carlos
Sánchez a la hora de confeccionar el nuevo proyecto blanco, que este año solo
ha conquistado la Copa del Rey con aquello que aún retumba: “Era campo atrás”.
No hay que obviar que
con Pablo Laso el Madrid ha vuelto a la primera plana de Europa y por
consiguiente de España. Ha vuelto a enganchar a una afición con un juego
vistoso, alegre y que apostaba descaradamente con meter el máximo de puntos
posibles y por consiguiente por el espectáculo, y que era la envidia de media
Europa. Ha demostrado que no hace falta jugar a 60-70 puntos para ganar
títulos, que se puede jugar a 90 puntos y ganar campeonatos… Pero su libreto se
ha quedado obsoleto, y los equipos punteros y que tienen armas para hacerle
frente, le han tomado la matrícula a su filosofía y han demostrado como poner
freno a ese frenesí de puntos y juego. Por tanto el renovarse o morir está
encima de la mesa del Real Madrid.
Varios aspectos han influido en que este globo sonda se haya desinflado de tal manera:
Varios aspectos han influido en que este globo sonda se haya desinflado de tal manera:
Salida
del Chacho a la NBA. Junto al otro Sergio, Llull, era el
jugador fetiche de Laso. Sus puntos, tras bote (ese que le ha faltado al resto
de exteriores blancos), y sus asistencias en momentos complicados de la
temporada se han echado mucho de menos en los momentos cruciales del curso.
Draper venía para desempeñar un rol muy distinto, y a Doncic con tan solo 18
años no se le puede pedir aún tanta responsabilidad en su primera temporada con
minutos en la élite.
Intrascendencia
de Rudy. Las tres operaciones de espalda tienen casi toda la
culpa del descenso tan brutal de rendimiento del jugador que vino como la
estrella que era y que ya no lo es. Era el jugador en la sombra, difícil
hablando de Rudy, porque casi todos los focos se lo llevaban los ‘Sergios’ y
que era el pilar básico de defensa del equipo y que ofensivamente aportaba
multitud de soluciones. A día de hoy
es obvio que no es ni la sombra de lo que fue y que necesita de un verano de
descanso total (el club debería exigirle que no acudiera a la selección), y no
exento de trabajo en gimnasio y en la pista para reciclarse y reinventarse como
jugador para continuar dando una versión mejor y más homologable para lo que
demanda y exige un club como el Madrid.
Irregularidad
de Doncic. En su primera temporada como uno de los primeros
espadas del equipo se le dio una responsabilidad desmedida y temprana. Físicamente
es un portento, pero anímicamente entró en un bache del que no pudo salir al
señalar su DNI 18 años. Pero por exigencias del guión (marcha del Chacho y
bajón de Rudy) ha tenido que, de golpe y porrazo, ser el segundo timón y sostén
del equipo por detrás de Llull.
Juego
interior. El verano pasado, tras la telenovela de Ayón, el
Real Madrid consiguió juntar el que para muchos era el mejor juego interior de
Europa. Pero el paso de los meses ha demostrado que por rendimiento, que no por
nombres, el Madrid no tenía la mejor batería de pívots del continente. A veces
más es menos, y quizás con menos nombres (tipo Slaughter por ejemplo) se puede
unir una batería de pívots que hagan de pegamento para lo que el guión de Laso
demanda.
Edad.
Muchos jugadores superan ampliamente la treintena de edad: Rudy, Carroll,
Maciulis, Reyes, Nocioni… Y eso en un calendario tan exigente como el que hemos
vivido esta temporada y las venideras se termina pagando. Resulta curioso que
dos de los jugadores defenestrados en la Final Four, Nocioni y Reyes, hayan
sido el recurso más utilizado por Laso en la Final ACB ante Valencia Basket.
Por tanto, el Madrid ha estado viviendo, desde 2015 diría yo, de una columna
vertebral que se ha hecho vieja lenta pero paulatinamente sin que nadie haya
puesto remedio en ello.
Sergio
Llull. La temporada de su consagración definitiva como el
mejor jugador de Europa ha terminado por ser contraproducente (cuánta razón
llevaba mi amigo Raude). La borrachera de tantos MVPS (Copa del Rey, Liga
Regular ACB y Regular Season de Euroleague) produjo que ciertos compañeros
dieran un paso atrás en su rendimiento ofensivo dando el protagonismo absoluto
y “tiránico” a Llull, llegando a verse en muchas fases de la temporada como los
compañeros que compartían pista con Sergio se limitaban a verle como botada el
balón y esperando su juego “Jordanlesco” de todos contra el mundo.
Defensa.
Una de las señas de identidad de este Real Madrid durante estos años atrás fue
la defensa, tan poco encumbrada y reconocida ante el brillo tan excelso en
ataque que mostraba el equipo. Lo cierto es que esta temporada el equipo ha
defendido poco y nunca mostró esa defensa que le permitía realizar el juego de
transiciones rápidas tan identificativas de la filosofía Laso. Pasando por Ayón,
la pasada temporada mostró más hambre en defensa, Rudy (las malditas lesiones),
Maciulis (muy desdibujado), el propio Llull (reservándose para el ataque porque
no había nadie con clarividencia ofensiva), Nocioni (edad)… hasta llegar a
Laso, que no supo amoldarse a lo que tenía en la plantilla y a los nuevos
tiempos para enriquecer al equipo de los sistemas defensivos necesarios.
Rebote. Dijo en una ocasión Dennis Rodman: “El rebote, en gran parte, es deseo, mostrar hambre por él”. Queda todo dicho ¿no? El Madrid en los partidos importantes se le han visto todas las costuras en este apartado, cuando precisamente no hace tanto era él quien dominaba este aspecto tan importante y esencial para dominar los partidos y llevarlo a poder practicar su juego de “run and gun”. El rebote es cuestión de todos y cada uno de los jugadores, tal como demostró Valencia Basket en la final.
Rebote. Dijo en una ocasión Dennis Rodman: “El rebote, en gran parte, es deseo, mostrar hambre por él”. Queda todo dicho ¿no? El Madrid en los partidos importantes se le han visto todas las costuras en este apartado, cuando precisamente no hace tanto era él quien dominaba este aspecto tan importante y esencial para dominar los partidos y llevarlo a poder practicar su juego de “run and gun”. El rebote es cuestión de todos y cada uno de los jugadores, tal como demostró Valencia Basket en la final.
Anthony
Randolph. El estadounidense venía a ser llamado uno de los
pilares del equipo, y a excepción de la Copa del Rey, su rendimiento ha sido
decepcionante. Pero viendo el historial de pívots que han fracasado o han sido
infrautilizados en el Madrid (Mirotic, Bouroussis, Hernangómez, Thompkins, etc.
etc. etc.) no toda la culpa es achacable a él. Podría decirse que en un 50% la
culpa es suya, por no saber amoldarse a ser “uno más”, y 50% de Laso por no
buscarle el acomodo dentro de los sistemas que él necesitaba.
¿Por
qué logró ser primeros en Euroliga y ACB? Porque Llull es
el mejor jugador ofensivo de Europa, Doncic tuvo 3-4 meses majestuosos,
Randolph dio atisbos de integración durante febrero y marzo, y pare usted
contar… y porque algunos equipos dieron menos importancia a las temporadas
regulares en pro de estar bien cuando se juegan los títulos (háblese de
Fenerbahce y Valencia Basket). El Madrid debería aprender de ello para cursos
venideros.
Pablo
Laso. No ha sabido sacarle el máximo rendimiento a la
mejor plantilla de la que ha dispuesto el club en toda su historia, si nos
atenemos a lo vociferado por muchos entendidos. Para mí fue la de 2015 si
miramos el palmarés de aquella temporada. Sobre Laso podría escribirse un
artículo aparte, sobre sus virtudes y defectos, pero me detendré sobre algunos
defectos de forma escueta:
- Infrautilización del juego interior.
- Infrautilización del juego interior.
- Poca riqueza ofensiva (Llull dependencia y
carretón de Carroll). El Madrid mostró una falta clara de equilibrio en su
juego, con poco trabajo en el juego sin balón.
- Falta de recursos colectivos más allá del
explotado “pick and roll” con Hunter y Ayón, y por tanto previsibilidad
ofensiva. El “Extra-pass” no ha sido utilizado nunca y si el abuso de bote.
- Pocos mecanismos defensivos. A excepción de ayer, este Madrid no ha mostrado alternativas defensivas durante la temporada más allá de la defensa individual.
- Su apuesta, obligada o no, durante el cuarto partido de la final por jugadores como Maciulis, Reyes y Nocioni, es decir, se volvió a tirar de parte de la columna vertebral de 2015.
- Pocos mecanismos defensivos. A excepción de ayer, este Madrid no ha mostrado alternativas defensivas durante la temporada más allá de la defensa individual.
- Su apuesta, obligada o no, durante el cuarto partido de la final por jugadores como Maciulis, Reyes y Nocioni, es decir, se volvió a tirar de parte de la columna vertebral de 2015.
A partir de esas
premisas el club debería analizar porque en los partidos importantes se han
concedido muchas canastas fáciles, ha mostrado atasco ofensivo y porque algunos
jugadores han estado tan desdibujados y no han mostrado el rendimiento que se
esperaba de ellos, y si sería conveniente cambiar de entrenador o no.
El mercado ofrece
alternativas, con pros y contras como es lógico, pero no compro que no haya
entrenadores que puedan sustituir a Laso: Katsikaris, Djordjevic, Plaza… cuyos
curriculum son equiparables a Pablo Laso antes de llegar al Real Madrid.
Para los amantes de la estadísticas, los detractores de Laso y los defensores de Laso... pic.twitter.com/2TI9iMnhOU— Juanpe Núñez 🏀 (@23Juanpe33) June 16, 2017
El Madrid deberá tirar
de bisturí este verano y dar 3-4 bajas obligadas, y por consiguiente fichar
jugadores exteriores que generen en la ofensiva de manera individual y colectiva,
y jugadores interiores que sean depredadores del rebote, y tengan instinto
de defensa colectiva a partir de físicos sobresalientes.
Afortunadamente nos quedan muuuuuchos años todavía para que se acabe la era Laso :-)
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