Hasta que mi memoria
alcanza, allá por finales de los años 80 y década de los 90, el baloncesto ACB
era un filón de masas. Sus audiencias era muy buenas y el merchandising con
cromos, albúmenes, revistas… era el pan nuestro de cada día. Pero
desgraciadamente la ACB ha ido dilapidando todo aquello, a veces por culpa
propia, y otras por las nuevas tecnologías al ser estar las culpables de
noticias y artículos de consumo dinámico. Lo queremos todo de fácil y rápida
lectura, ya que si no se estilan artículos de ‘investigación’, artículos que
muchas horas tirando de aquí y de allá porque si son largos nadie los leerá, a
pesar de que puedan llegar a rozar la excelencia.
Pero vamos al caso que
nos atañe, la ACB, a la cual no le sirve como coartada lo anteriormente
expuesto, las nuevas tecnologías, para tapar su mala gestión en esta nueva era.
Porque precisamente esta era de internet y redes sociales, bien aprovechadas y
gestionadas, deberían servir para dar un gran impulso a la marca ACB. Porque como
decía la ACB ha ido dilapidando el buen hacer de aquellos años dorados en los
que el baloncesto estaba en la calle, en el que estaba en boca de todos,
creyendo que se podía vivir de esas grandes rentas eternamente.
Una de sus últimas ‘hazañas,
son los horarios de los playoffs de cuartos, las 22:00 horas ¿En serio? ¿De
verdad? Y no me digan que la televisión es la que manda, no me vale, no
lo compro. A la hora de negociar un contrato televisivo no puedes dar tantas
libertades a costa de llenarte los bolsillos, a costa del espectador o
aficionado, que a fin de cuentas es el que te genera las audiencias y/o dinero,
y es que te vende el producto en la calle y colegios. Está claro que la ACB es el gran vendedor de su producto, pero nosotros los aficionados somos sus ‘comerciales’,
quienes hacemos el trabajo sucio de venderlo en el día a día, y así es harto
complicado que podamos enganchar a amigos, colegas o familiares, o a nuestros
propios hijos.
De verdad piensa Movistar que las 22:00 es un horario adecuado para las nuevas generaciones, para niñas de 12 y 7 años como es mi caso. Ellas son el futuro de nuestro baloncesto como espectadores y/o practicantes de este maravilloso deporte y como comprenderéis a esa hora están en la cama porque al día siguiente hay colegio. Por no hablar, que todo ciudadano de a pie, tiene que madrugar para ir trabajar, para llevar un sueldo a sus hogares en estos tiempos tan difíciles que nos han tocado vivir. Y no creo que nadie en su sano juicio se quede a ver el desenlace final de los partidos cuya hora de finalización rozaba o sobrepasaba la media noche. Con lo cual, todo ello nos lleva a no poder hablar del partido de anoche en el trabajo o los amigos.
Habrá quien diga: “oiga usted, si se pone más temprano se
calzaría un partido con otro, o nos pilla trabajando y tampoco lo podemos ver”.
Vale, acepto pulpo como animal de compañía ¿recuerdan aquel famoso eslogan?
Pues eso, hay mil formulas para gestionar los playoffs y sus horarios y no daré
una disertación de ello porque sino este artículo sería infumable, pero si daré
alguna pincelada ¿Por qué no se tuvo en cuenta que algún equipo español podía
llegar a la Final Four y el calendario seria más apretado por ejemplo? ¿Por qué
no se intento poner un partido de cuartos cada día a una hora intermedia, 20:30
o 20:45 horas? No sé, se me ocurren algunas ideas más, pero soy un simple
aficionado que quizás no tenga razón con lo expuesto en esas dos pinceladas, y
se me escape algunas cuestiones, pero tan difícil es estrujarse el coco y
pensar fórmulas alternativas para no fastidiar a los que nos gusta el
baloncesto. Por no hablar de acotar los playoffs a tres partido y verter toda la
culpabilidad al Coronavirus (que tiene solo una parte de ella) de reducir los
partidos de las eliminatorias por el título, ahí lo dejo.
Luego está quien dice
que el jugador es el perjudicado por los horarios, no seré quien lo discuta, no
seré yo quien discuta a Abrines o Llull porque ya lo habéis hecho vosotros en
redes sociales y estoy totalmente de acuerdo con vuestra mensaje generalizado,
a fin de cuentas son unos privilegiados que pueden levantarse más tarde. No creo
que Laso o Saras les hagan salir de sus casas a las siete de mañana (como es el
caso de muchos españoles, en mi caso es una hora antes) para llegar al entreno
a las ocho. En todos los casos el entrenamiento se realizará mucho más tarde.
Luego está el estudio
realizado por Marca en el artículo “Como afecta jugar al filo de la medianoche” y no seré quien lo discuta. Es una putada para jugador, si, pero no vendan la
moto únicamente y exclusivamente del
jugador y su rendimiento tal y cual, que como decía estoy de acuerdo a medias
ya que son tratados como mera mercancía y sin voz ni voto, pero que recuerden
que son unos privilegiados por ‘trabajar’ y cobrar por lo que les gusta hacer
el baloncesto, y que en muchos casos viven una vida que muchos quisieran para sí.
Para finalizar, una última
reflexión. Quizás el horario de las 22:00 horas ha sido elegido por la ACB para
ayudarnos a todos ahorrar muchos euros en la factura de la luz, fastidiando de
esa manera a uno de sus patrocinadores, Endesa. Tras la conclusión de los
partidos, podemos aprovechar para cocinar, poner unas cuantas lavadoras y
planchar la ropa. Qué buena gente la ACB mirando por nosotros ¡Como no he caído
antes! Me hubiese ahorrado escribir este artículo.
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