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El fichaje de Thomas Heurtel, a priori, genera ciertas sombras y luces entre el aficionado madridista por varias circunstancias: los tiempos de su fichaje, edad, físico por la lesión que tuvo 2019, el aspecto defensivo, descarte del Barça y sobre todo la aceptación de un rol secundario. Quedando fuera de todo duda el gran talento ofensivo que atesora, ahí creo que todos los aficionados coinciden, el francés es de los mejores bases en ese apartado sin lugar a dudas, no a nivel de por ejemplo Micic o Larkin, pero si un escalón por debajo, y eso en un mercado alicaído en el puesto de base son palabras mayores.

En enero, ante la salida de Campazzo, casi todos lo veían como un fichaje idóneo por experiencia, conocimiento de la ACB, adopción rápida y por su salida algo abrupta del Barça, que quizás haría que el jugador quisiese cobrarse su particular ‘vendetta’ en enfrentamientos directos. Pero como incorporación a partir de junio les chirriaba su fichaje. Se señalaba que hubiese sido mejor probarlo de enero a junio y luego ya se vería si el mercado ofrecía algo mejor. Pero la situación a día de hoy es que la es, el mercado ofrece muy poco ‘stock’ de calidad en esa posición, el talento en el uno escasea y el que hay se paga a precio de oro en Europa o pone rumbo a la NBA. En esta tesitura el club decidió “mejor base en mano, que ciento volando” y visto lo visto, parece que no se equivocó.

Son muchos los aficionados que señalan o piden rejuvenecer la línea exterior del Madrid, incluyendo lógicamente el puesto de base, por aquello de temporadas con más de ochenta partidos y las más que presumibles lesiones de jugadores que superan la treintena, como son los casos de Rudy y Llull por ejemplo. Pero volvemos al párrafo anterior, el mercado no ofrecía nada potable, salvo escasas excepciones, y era mejor tener el puesto de uno cerrado y no esperar a posibles descartes de la NBA que en muchos casos podían ser melones por calar.

Otras de las incertidumbres era su estado físico tras su lesión de rodilla y lo poco que había jugado desde entonces por diversas circunstancias. Además hay que tener en cuenta que a día de hoy arrastra una fascitis plantar que podría hacer peligrar su presencia en los Juegos Olímpicos. Exceptuando esta última lesión, su temporada en Francia (Asvel) podría catalogarse de excelente con 23 partidos jugados con una media de 14 puntos, 6 asistencias, 40% T3, 57% T2 y 90% T1 en 25 minutos de juego, con lo cual las dudas que pudiera haber de su estado físico (por la inactividad en cuanto a competir) parecen despejarse por sí solas.

En cuanto al aspecto defensivo nos encontramos con su gran lunar. No descubrimos nada nuevo con ello. Si Heurtel hubiese sido un defensor mediadamente decente con toda probabilidad habría jugado en la NBA. Precisamente, este fue uno de los aspectos que le hizo salir del Barça. Saras lo probó de escolta para que el equipo sufriera menos defensivamente con su presencia en pista, pero ya sabemos todos que no salió bien. Veremos en este aspecto del juego como ‘protege’ Laso al francés. Probablemente Hanga y Abalde en las alas sería una buena solución.

Del siguiente apunte, descarte del Barça, se está hablando mucho y lo que queda. No me detendré mucho en él, ya di mi opinión al respecto en el artículo de Hanga. Si Higgins hubiese sido cortado por el Barça y lo ficha el Madrid ¿sería un descarte? ¿Había más opciones, mejores y a un precio razonable en el mercado en el puesto de base? La preguntas, bajo mi modesta opinión, se contestan por si solas.

Y por último el tema, quizás, más espinoso y que muchos ven como el principal hándicap, tener un rol protagonista. Se le tacha de un jugador que necesita sentirse importante para rendir a buen nivel, es decir, ser macho alfa. En el Barça no se adaptó a un rol menor, siendo este (junto con la defensa) el motivo de su salida. Es ahí donde podríamos ver la diferencia entre la gestión de Laso y Saras porque muchos se preguntan si el entrenador madridista será capaz de gestionar el ‘ego’ protagonista del francés.

Salvando las distancias, veo muchas similitudes entre el Chacho y Heurtel. Ambos no son buenos defensores y en ataque necesitan sentirse importantes para poder destapar el tarro de las esencias. Esta reflexión hace que esté convencido que Heurtel encajará como un guante en un rol muy similar al que tuvo Sergio Rodríguez en su día saliendo desde el banquillo, para dinamitar los segundos cuartos y en el último coincidir con Nigel Williams-Goss (como hicieron Llull y el Chacho). Ahí están  muchas de las posibilidades del equipo para la próxima temporada, y a buen seguro que Laso sabrá gestionarlo, como en otras tantas ocasiones, para convencer al francés que también se puede ser importante desde ese rol de ‘no titular’, en un baloncesto en el que prácticamente ya no existen titulares y suplentes.

De lo que cabe ninguna duda es que estamos ante un jugador de talento Final Four (quinto asistente en la historia de la Euroliga con 5,38 de media), y que el Real Madrid da un salto cualitativo con respecto a la pasada temporada con la incorporación del francés y Nigel Williams-Goss.  

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